El Mustang

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Cecilia Vignau Ruíz

El continente americano es considerado la cuna del caballo aunque, por razones desconocidas, estos animales se extinguieron en estas tierras hace aproximadamente 10 mil años. Las regiones de Siberia y Alaska se encontraban unidas hace miles de años en lo que ahora se conoce como el estrecho de Bering, a través del cual muchos animales, entre ellos caballos, transitaban libremente lo mismo que algunos cazadores asiáticos, antepasados de los indios americanos. Esta angosta porción de tierra se encuentra ahora sumergida en el océano y el paso a través de ella es casi imposible.

Los vikingos trajeron consigo ponis a Norteamérica hace poco más de mil años, pero no se sabe nada sobre sus descendientes y se cree que por lo mismo no tuvieron ninguna influencia sobre la evolución posterior del caballo en América.

Fue en 1492 cuando Colón introdujo los caballos en América, aunque la verdadera invasión se inició en 1519, cuando Hernán Cortés partió hacia el interior del Imperio Azteca. Su ejército lo formaban no más de 500 hombres y, en el inicio de su ofensiva contra Moctezuma, su caballería contaba apenas con once sementales, cinco yeguas y un potro. Durante los años subsiguientes, miles de caballos llegaron a América procedentes de España —entre ellos los berberiscos y andaluces— y llegaron hasta el sur de Estados Unidos, desde donde muchos emigraron al norte y se volvieron salvajes.

Fernando de Soto partió hacia Florida junto con el almirante Pedro Méndez, con alrededor de 200 caballos de silla y carga descendientes de berberiscos españoles, andaluces y mestizos españoles, con el objeto de preservar la raza, pero fueron muriendo. Cuando llegó a orillas del río Mississippi, de Soto que se encontraba gravemente enfermo, ordenó el sacrificio de los últimos 40 caballos para que su carne fuera utilizada como alimento durante el resto del viaje. Según la historia, los cinco animales que escaparon al sacrificio son los responsables de la aparición de la raza Mustang, aunque esta hipótesis no está fundamentada puesto que se trata de una raza que tiene menos de un siglo de existencia.

Los indios americanos fueron los primeros en domar a estos caballos salvajes. Los colonos blancos también capturaron algunos y consideraron valiosa su habilidad en el trabajo con el ganado. Sin embargo, a medida que los rancheros utilizaron las tierras para la cría y pasto de su ganado, los Mustang se convirtieron en un estorbo mas que en una ventaja. Se mataron a tiros muchos ejemplares para conservar el pasto para otros animales y los caballos que en un tiempo se domaron fueron al matadero. Hacia 1926, el número de caballos disminuyó de dos millones a un millón. Diez años después, la población estaba formada por unos 150 mil ejemplares. El exterminio del Mustang continuó hasta 1971, cuando se aprobó la Wild Free Roaming Horse and Burro Act para proteger y controlar a los equinos salvajes. Incluso bajo el amparo de la ley, la escasez de pasto y el incremento de humanos y ganado vacuno hicieron necesaria la reducción del número de caballos salvajes y, en 1973, el gobierno comenzó un programa de adopción. Así, el Mustang se podía adquirir por muy poco dinero, pero el gobierno mantenía la propiedad durante un período aproximado de un año, hasta tener la seguridad de que el caballo recibía los cuidados adecuados.

Existen algunas variedades de Mustang con sus propias Asociaciones de criadores, incluido el Mustang Español, formada con el objetivo de preservar el tipo Berberisco y el Mustang Kiger, que fomenta la variedad criada en Oregón.

Temperamento

  • Inteligente.
  • Se puede domesticar.

Alzada

  • De 1,37 m a 1,52 m a la cruz.

País de Origen

  • Estados Unidos.

Características

  • Pequeño.
  • Fuerte.
  • Cuello corto.
  • Hueso denso.
  • Cascos duros.

Pelajes/Capas

  • Se ven de cualquier color, incluso Tobianos y Appaloosa.

El Mustang tiene poca alzada, es increíblemente duro y capaz de aguantar las condiciones climáticas. Ocasionalmente nace un Mustang que refleja la descendencia española o berberisca, con la alzada, la solidez y el porte de sus antepasados; no obstante, en su mayoría los Mustang son sólidos, ágiles, tienen buenos cascos, una constitución fuerte y una capacidad de resistencia excelente. El tipo y la conformación varían considerablemente según la manada.

Que los Mustang sean indomables, rebeldes y malos es un mito, ya que en su mayoría son muy tratables y a menudo forman fuertes lazos con sus propietarios, aunque es importante que se acostumbren al trato de más de un individuo para que se familiaricen con los humanos y no sólo con una persona en particular.

El Mustang Actual

A medida que la civilización humana se extiende por el desierto americano, la difícil situación del Mustang continúa en apuros. El bureau of Land Management que actualmente se encarga del cuidado de estos caballos, se ha visto acusado por su mala administración. No obstante, el programa de adopción ha proporcionado muy buenos caballos, especialmente para el raid a muchos jinetes. Algunos Mustangs compiten en pruebas de Doma y Salto, dos disciplinas que difieren mucho de la monta del oeste.

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