El pony express

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Enrique Guinchard y Sánchez

r_sanfrancisco@ yahoo.com

José Francisco Guinchard Aldasoro

jtitinof@yahoo.com

En la actualidad enviamos un correo electrónico y en cuestión de segundos recibimos respuesta a nuestro comunicado; quizá hoy nos resulte difícil pensar que hace apenas un siglo y medio las cartas tardaban días, semanas y hasta meses en llegar a su destino, siendo ese el motivo por el que en los lejanos y agrestes territorios del oeste de Norteamérica se ideó aplicar un sistema ya probado por los ejércitos del mundo desde tiempos de Alejandro, Herodoto, Aníbal, Julio César, los Cruzados, Saladino, Napoleón, que era enviar las comunicaciones y órdenes a través de hábiles jinetes a lomos del caballo. En la literatura baste con recordar la gran novela de Julio Verne Miguel Strogoff, El correo del Zar.

Este peculiar sistema se aplicó en el famoso Pony Express, que en tan sólo un año y medio de vida adquirió gran fama. Quizá la fama de estos jinetes se debió a que William F. Cody, más conocido como Buffalo Bill, un tiempo de su vida perteneció a este grupo de audaces jinetes, que a todo galope atravesaban las planicies y las montañas perseguidos por indios y forajidos.

La historia de esos jinetes se remonta a tres épocas bien limitadas por la historia: la primera posterior a la guerra de México con Estados Unidos (1846 a 1848), cuando se inició la conquista del lejano oeste; la segunda, la Fiebre del Oro de California en 1849, y la tercera el inicio de la Guerra de Secesión entre estados de la Unión, el gobierno Federal en el Norte y los Estados Confederados en el Sur.

Había una sola línea de diligencias, hacia el oeste, la fundada por Russell, Majors y Waddell, cuya sede se encontraba en la población de Leavenworth en el estado de Kansas, sin embargo el correo a través de la diligencia era lento e inseguro por los continuos asaltos perpetrados por bandas de excombatientes, tanto del norte como del sur, y los crecientes ataques de los indios nativos, que veían pedidos sus terrenos de caza, sus montañas mágicas y sagradas, por el creciente número de blancos que se adueñaban de todo. De esta forma fue que William H. Russell concibió la idea de un correo más rápido y más seguro, no era igual la huida de una diligencia que la de un solo jinete, que recorrería largas distancias, haciendo relevos tanto de jinete como de cabalgadura.

Así lanzo su primer cartel buscando jinetes, aquel cartel decía: “Pony Express, de Saint Joseph, Missouri a California. En 10 días o menos. Se buscan jinetes delgados y con carácter. No por arriba de dieciocho años. Deben de ser expertos jinetes que afronten riesgos y la muerte diariamente. Preferentemente huérfanos. Suedlo 25 dólares por semana. Aplicar en los establos del Pony Express en Saint Joseph, Missouri”. Esta ruta iba desde Missouri hasta Sacramento, California y atravesaba las llanuras y parte de las montañas rocosas, eran cerca de 3,200 kilómetros.

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Para este fin, Russell se reunió en 1860 con el Senador por California, William Gwin, en Washington, le planteo su idea, y la posibilidad de hacer el recorrido de 3,200 kilómetros en 10 días o menos, idea que agradó al Senador, quién vio con interés la formación del Pony Express, por lo que Russell consiguió el contrato.

El motivo por el cual se escogió Saint Joseph en Missouri, era que ésta era la última población a la cual llegaban el ferrocarril y el telégrafo, lugar estratégico para que de ahí saliera el Pony Express hacia el oeste, estableciéndose así la Overland California and Pike´s Peak Company. La fecha histórica de su fundación quedó asentada a través de un telegrama que Russell envió a su hijo, el 27 de enero de 1860, que decía: ”He decidido establecer un Pony Express hacia Sacramento a partir del 3 de abril. Recorrido: 10 días.”

Aunque breve, la historia del Pony Express fue fructífera, se efectuaron 308 viajes, desde cada uno de los dos puntos del recorrido, salida y regreso, se cabalgaron cerca de 985,600 kilómetros (616,000 millas), transportando 34,753 documentos de correo. Cada jinete llevaba una silla especial en la cual cargaba cerca de 9 kilogramos, 20 libras de carga, motivo por el cual los jinetes debían de ser delgados y no muy altos.

En la compañía se contrataron cerca de 90 jinetes, legendarios jóvenes que arriesgando su vida recorrían el camino. El más joven de ellos fue ‘Bronco’ Charlie Miller de tan solo 11 años de edad, que semana a semana cobraba la buena paga de 25 dólares. Si lo comparamos con un soldado de caballería que cobraba 50 centavos diarios (unos 3.50 dólares a la semana), los jinetes del Pony Express eran muy bien pagados.

Al se contratado, el jinete en cuestión debía de hacer un juramento sobre la Biblia, con el cual se comprometía a ser digno de confianza, comportándose honestamente, sin blasfemar, sin pelearse y sin abusar de los caballos (ideas puritanas propias de la época y del país).

La compañía se encargaba de buscar por toda la nación buenas monturas que fueran, fuertes, resistentes y rápidas. Consiguieron un buen número de caballos con estas singulares características, los de más alta calidad eran las remudas de la Compañía, muchos de estos ejemplares procedían de Kentucky (caballos famosos por su velocidad) y otros eran caballos mesteños (Mustangs), famosos por su resistencia y velocidad. En la Compañía Pony Express se registraron cerca de 600 excelentes caballos.

La jornada para el jinete era entre 120 a 160 Kilómetros (75 y 100 millas) por día, con cambio de caballo en cada posta, cuya distancia entre una y otra era de 16 a 24 kilómetros (10 o 15 millas).

Mapa de la ruta del Pony Express. Imagen: Legendsofamerica.com

Mapa de la ruta del Pony Express. Imagen: Legendsofamerica.com

Usaban el tipo de montura tipo Santa Fe, la más usada en ese tiempo en el oeste, derivada francamente de la silla chinaca, de fuste de madera con cabeza de gancho del mismo material, sin hombros y teja o borren posterior no muy alto y extendido. Para dar mayor comodidad al jinete, las arciones de cuero salían del mismo fuste. De los arciones pendían los estribos de madera moldeados al fuego y forrados de cuero o los estribos de tipo inglés.

La silla se ajustaba al caballo mediante doble cincha. Sobre la silla se colocaba una especie de mantilla o sabraque de cuero curtido con dos hendiduras, una por la que salía el pomo del borrén anterior y otra por la cual salía la teja o borrén posterior, que llevaba bolsas, cantinas o alforjas, tanto en la parte delantera como en la trasera, lugar donde se colocaba el correo: cerca de 4.5 kg por lado y un poco más de 2 kg por bolsa, que iba cerrada con candados. Tal como lo podemos ver en algunas sillas de este estilo que se guardan en los museos. Este tipo de baste o sabraque se quitaba rápidamente y se clocaba en el caballo de remuda en menos de un minuto

Al día de la inauguración de Pony Express se leía en los encabezados, a ocho columnas, de los diarios: ¡12 días de New York a California! Y así salió de New York en el tren, pasando por Washington, con correo hacia la población de Saint Joseph, era el 31 de marzo de 1860, una multitud aclamaba en las calles de Saint Joseph, donde esperaban ver al primer jinete que haría la travesía, sin embargo la hora indicada pasó y el tren no llegaba, había tenido un contratiempo en Hannbal, Missouri. Una vez solventado el problema el tren salió a toda velocidad para cubrir una distancia de 150 kilómetros (240 millas) en tan sólo 4 horas con 51 minutos, un promedio de 48 millas por hora, un verdadero récord para esa época. Se sacó el coreo del tren y se colocó en las cantinas de la silla, eran 49 cartas, 5 telegramas y algunos periódicos de edición especial para la ocasión y entre salvas de cañón, la banda musical y el griterío de la concurrencia a las 7 de la tarde salió el primer Pony Express, la primera en hacer esta salida era la yegua alazana de nombre Silph, el rumbo: Sacramento.

En el otro extremo, en Sacramento esperaba San Hamilton, también hubo retraso, el barco que debía de llegar a San Francisco con las cartas llegó varias horas tarde y Hamilton tuvo que iniciar la cabalgata a la medianoche, confiando plenamente en el instinto de su caballo.

Retrato de 'Pony' Bob Haslam.

Retrato de ‘Pony’ Bob Haslam.

Una importante historia del Pony Express es la de uno de sus jinetes conocido como ‘Pony’ Bob Haslam, que en marzo de 1861 fue elegido para llevar un correo entre Smith’s Creek y el Fuerte Churchill, en Nevada; la noticia era la elección para presidente de Abraham Lincoln, recorriendo una distancia de cerca de 192 kilómetros (307 millas), en un territorio hostil por la presencia de innumerables bandas de paiutes. Así ‘Pony’ Haslam llegó hasta la posta de Cold Springs, donde paró para cambiar de caballo, solicitando le prepararan a Old Buck, con sorpresa los trabajadores de la posta le dijeron que no era el más rápido, a lo que el jinete respondió, “pero sabe oler a los indios a distancia”, obviamente en el trayecto varias veces se vieron acosados los paiutes. A pesar de haber sido herido en un brazo y la cara, al llegar a Middle Gare insistió en seguir adelante, fue curado superficialmente y tomando otro caballo siguió su camino hasta completar su misión en el Fuerte Churchill. Realizando el trayecto en 21 horas y 30 minutos.

No podía faltar la participación de William F. Cody ‘Buffalo Bill’ quien entró a trabajar al Pony Express a los 14 años, para ese entonces ya era un excelente jinete y tirador. En una ocasión debía de realzar un trayecto muy peligroso en unión de otros dos jinetes, pero al llegar a la posta los encontró muertos, por lo que cambió de caballo y solo se dirigió a su destino a 615 kilómetros (384 millas), realizando el trayecto en 7 días y 17 horas

Así un 24 de diciembre de 1861, a los 18 meses de haber iniciado sus operaciones, el famoso correo del Pony Express cerró sus oficinas, a pesar de sus excelentes jinetes y monturas, y de realizar un trabajo casi perfecto. La Compañía se vio en la necesidad de dejar de funcionar, dos causas importantes: una interna, discusiones entre los accionistas, y un externa: los problemas económicos que surgieron con la inminente Guerra de Secesión. Al término de esta, en 1866, Hollander, el único accionista que quedaba de aquella compañía, vendió el registro y las instalaciones en millón y medio de dólares a la legendaria compañía de diligencias y correos Wells Fargo.

Estatua de pony Express en St. Joseph, Missouri.

Estatua de pony Express en St. Joseph, Missouri.

Sin embargo su recuerdo se mantiene gracias al museo del Pony Express en Saint Joseph, Missouri y a las muchas estatuas ecuestres de los jinetes del “Pony Express”, quizá la más famosa sea la de Sacramento, California y a las inigualables pinturas de Frederic Remington, donde con lujo de detalles nos muestra la azarosa vida de los jinetes de aquel legendario correo.

Bibliografía

Massaguer Pilar. Pony Express. Primer servicio de mensajería urgente de EE.UU., El Mundo del Caballo. España, Abril 2002. Vol. 2 No. 14, pp. 40-44.

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