Brenda Forsythe Sappington, DVM. Ph. D.
Traducción María Guadalupe Sandoval Meza
Con el objeto de seleccionar caballos que sean fáciles de entrenar para realizar tareas contrarias a su naturaleza, lo cual demuestra la presencia de una mente pensante más que una reactiva, debemos ser capaces de identificar aquellos cuadrúpedos que actúen distinto a la tendencia de huida de las especies.
Un excelente ejemplo de ello es un caballo que alguna vez perteneció a una amiga mía. Hace algunos años, Ellen subía a sus caballos al establo para sus alimentos vespertinos cuando notó que su joven yegua Quarter no estaba con los otros. Montó otro de sus caballos y cabalgó hacia los límites del cercado hasta que se topó con ella. Su pierna trasera había quedado atrapada en el alambrado como resultado de un pastoreo agresivo y por pasar cerca de uno de los machos castrados establecidos en el grupo. A juzgar por la condición del caballo, su pierna debió estar enredada por varias horas, pero la potrilla de 3 años permaneció pacientemente en tres pies, con su pierna herida pendiente de la cerca hasta que la ayuda llegó.
De acuerdo con el veterinario que los auxilió, el hecho de que no entrara en pánico y luchara, es principalmente lo que la protegió del debilitamiento permanente de tendón y el daño vascular. Estoy segura de que la mayoría de nosotros estimaría esto como una disposición sana y sensible en aquellos caballos a los que nos podemos confiar.
Un método que ha sido utilizado en diferentes especies animales para medir la habilidad de aprendizaje se denomina aprendizaje por discriminación. La idea es que el animal seleccione el objeto “correcto” entre dos o más para ganar algo gratificante como la comida. La hipótesis es que los caballos que obtienen las puntuaciones más altas, probablemente son también los que poseen las mayores aptitudes para aprender fuera de una situación de prueba.
Los primeros estudios de discriminación determinaron que los caballos podían aprender a tomar decisiones correctas entre cajas de alimento negras y blancas, y este éxito temprano cimentó el camino para estudios más avanzados.
Otro grupo de investigadores usó un test de discriminación para descubrir que las largas sesiones de entrenamiento llevaban al aprendizaje deficiente en los caballos, un hecho que todos debemos recordar la próxima vez que nos sintamos obligados a lograr la perfección en un solo intento, cuando puede tomar una segunda ocasión para lograrlo.
Un tipo de examen de discriminación, llamado prueba de formación de concepto, mide la habilidad del caballo para usar el aprendizaje diario y resolver nuevos problemas. Durante el entrenamiento, se espera que los caballos construyan sobre un aprendizaje anterior y alcancen nuevos niveles de desempeño. Para que responda a una orden, se requiere que el equino reconozca y responda correctamente a una combinación de auxilios con la rienda y la pierna presentados previamente como elementos separados y básicos.
Un caballo con la aptitud de formar conceptos sería presumiblemente más fácil de entrenar que otro que carece de la habilidad de captar con rapidez el objetivo global del entrenamiento. Esta idea fue consistente con los resultados de un estudio que realicé con un colega en 1994, en donde los caballos que mejor aprendían a identificar formas triangulares en una prueba de discriminación, también estuvieron a la cabeza de un ranking no oficial presentado por los instructores de equitación del campus acerca de las aptitudes exhibidas durante sus lecciones.
En el siguiente estudio que conduje, examiné la relación entre los resultados del test de discriminación y el desempeño en diversas tareas que se les solicitó, tales como cruzar puentes y brincar obstáculos. Se usó una prueba de discriminación visual para determinar si los caballos podían alternar de forma periódica entre “negro es correcto” y “blanco es correcto” para estudiar la rapidez y flexibilidad de su manera de pensar. Cuando la prueba se completó, los resultados indicaron que ese test de aprendizaje de inversión no se correlacionaba con el aprendizaje para saltar obstáculos y cruzar puentes, pero quizá más importante, el estudio reveló que muchos ejemplares tenían problemas para hacer la alternancia a la nueva decisión correcta de color en ese cambio de sentido.
Este hallazgo indicó que algunos caballos tienen una gran dificultad para revertir su entrenamiento inicial. Y puede ser mucho más difícil de hacer si tuvieron más malas experiencias previas de las que asumimos. Los efectos a largo plazo del entrenamiento temprano pueden ser más importantes de lo que jamás hayamos imaginado.
En la actualidad, los conductistas estás haciendo rápidos avances en el entendimiento de las habilidades de aprendizaje en los caballos. Sin embargo, ese método rápido y fácil para medir su entrenabilidad continúa eludiéndonos. En tanto existan criadores tratando de producir los mejores caballos posibles, entrenadores que quieran lograr impecables actuaciones tan pronto como sea razonable y un público interesado en comprar los mejores ejemplares, esta cuestión ameritará nuestros continuos esfuerzos para encontrar la respuesta.
Los entusiastas equinos deben recordar que el desarrollo de esta especie depende de las decisiones que tomamos. A medida que descubramos formas de determinar su habilidad de aprendizaje, seremos capaces de elegir acertadamente este rasgo en nuestros programas de crianza. Para bien o para mal, el futuro del caballo descansa en nosotros y está en nuestro poder hacer lo correcto para ellos y nosotros mismos, lo cual producirá consistentemente caballos con mentes adaptables y muy capaces.
Mundo Equino 