Erika Spezia, con las manos llenas de pintura y los ojos colmados de de la belleza del caballo

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Mi nombre es Erika Spezia soy pintora lírica. Mi gusto por el campo nace conmigo, ya que tengo la fortuna de haber pasado mis primeros años viviendo en el rancho propiedad de mis padres, que hasta la fecha conservan, el contacto directo con la naturaleza, los animales y esa libertad que se respira a cada aliento me han apoyado en la realización de mi arte.

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Marcela Ganly, escultura de caballos

cultura

Nací en Costa Rica el 8 de septiembre de 1970, luego viví en Suiza hasta los 2 años mientras mi padre realizaba un master en administración de empresas. Cuando volvimos a la argentina, vivimos en Don Torcuato. Todavía tenía casi todas las calles de tierra y compartía con mi mejor amiga, Patricia, una petisa colorada llamada India. Nos turnábamos para cuidarla, una semana cada una. La sacábamos a la mañana al baldío y la atábamos con una cadena larga.

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Integrarse a la sociedad con ayuda de los caballos

Roberto Cantú Latapi

Desde los inicios de la humanidad, las conductas antisociales se han manifestado de manera significativa. Estas van desde pequeños malos entendidos, hasta los grandes crímenes de la humanidad. Lo interesante es que este tipo de conductas no vienen impresas en la mente, cada individuo nace con una especie de programa en blanco donde poco a poco se escriben las conductas que se adoptarán ante determinadas circunstancias.

Por lo tanto cada niño tiene la oportunidad de convertirse en un adulto socialmente responsable y con todo el éxito que cualquier padre o madre de familia desean para él. Inclusive aquellos que viven en familias disfuncionales tienen las mismas capacidades para verse realizados en el futuro como familias ejemplares y ciudadanos honorarios. Pero ¿Qué es lo que sucede? ¿Qué motiva a un niño que nace sin culpas, sin programas preestablecidos, a ser el peor monstruo para sus semejantes? Es aquí en donde padres, maestros y familiares cercanos tienen mucho que ver.

Un niño comienza a manifestar sus errores conductuales desde los propios inicios de su existencia en sociedad, por ejemplo. La forma en que maneja su solicitud de satisfacción de instintos primarios, como su alimentación. Cuando éste bebe de meses llora de manera histérica y desenfrenada para satisfacer su hambre, nos indica cuál será su modo de actuar y solicitar satisfacción ante sus impulsos físicos. Claro está que lo anterior lo digo bajo el supuesto de que este infante no lleve horas en espera de su madre.

Hablamos de un patrón de conducta que se presenta cada vez que él busca comer y en lugar de enseñarle a ser tolerante se le satisface de manera inmediata, sin importar qué actividad realice su madre, o adulto responsable de su cuidado ¿Qué debemos de esperar de este futuro joven o adulto? Por supuesto será un individuo con muy poca capacidad empática hacia la actividad del otro. Será alguien que estará acostumbrado a que las cosas se satisfagan en el momento que él o ella lo desee, sin importar la actividad, deseos o necesidades de los otros, y su justificación siempre será creer que lo que ellos necesitan es vital, pues su aprendizaje siempre ha venido de esta manera

¿Cómo sería una experiencia de enseñanza para este ejemplo en concreto? Lo primero que debemos hacer es definir esa actitud desenfrenada o fuera de lo normal en este bebe. Aquí nos ayudará el resto de la manada (o grupo social). Los papás tenemos una hermosa manera de justificar siempre las actitudes y mal comportamiento de nuestros hijos, porque como es lógico, nos parece muy difícil ver los defectos en nuestros descendientes. Sin embargo, nunca falta en nuestro núcleo familiar, laboral o social, alguien que nos dice “oye, tranquiliza a tu hijo”, o el clásico “que pulmón tiene tu niño”, que no es otra cosa sino “ojo, esa conducta no es normal”.

Por supuesto, las respuestas también son clásicas: “Hay pobrecito, tiene hambre”, o “sacó el carácter del papá” (y eso es lo que más odia la mama del papá). Estos comentarios que tanto molestan a los padres, son los que nos indican que algo puede no estar del todo bien. Si los dejamos crecer sin atenderlos, se convierten en patrones de conducta que cuestan muchísimo trabajo controlar, y que le pueden causar terribles problemas a un joven o adulto.

Mi experiencia en el trabajo con jóvenes reclusos me permite distinguir hasta dónde los problemas o motivos de internamiento de estos muchachos son causados por conductas que se tienen desde bebés, o desde su primer infancia, inclusive pudiera ser por que simplemente estaban en el peor lugar y momento, y las circunstancias sólo les dieron una opción: cometer el delito por el cuál fueron encarcelados.

Permítame platicarle la historia de uno de ellos, y el tratamiento terapéutico que realizamos con él y mis caballos.

Es un joven de 16 años, que como muchos otros vivía en casa con su familia formada por papá, mamá, dos hermanos y una hermana. Asisten a la fiesta del pueblo donde se realiza un baile. Asisten a esta feria sin haber consumido drogas ni alcohol (eso revelaron los estudios realizados por peritos especializados al momento de su detención), y al calor del ánimo de la música y buen ambiente se anima a sacar a bailar a una muchacha, bailan una canción y al finalizar cada uno se va con su grupo de familiares, sin embargo, el papá de la muchacha le reclama al papá del joven por la invitación a bailar de su hijo (no se decirle si existía algún tipo de diferencia entre estas familias, pero no son relevantes para nuestra terapia). La discusión empieza a tornarse violenta y pasan de las palabras los golpes. El algún momento sale una navaja y el papá de la muchacha intenta herir al papá del joven, es aquí donde interviene nuestro sujeto, se abalanza sobre el padre de la muchacha y lo comienza a golpear, en algún momento de la riña la navaja cambia de dueño y nuestro sujeto se lo entierra al papá de la muchacha, y lo persigue hasta quitarle la vida.

Este joven entra a terapia asistida con caballos después de un año de interno en el penal. Retraído, de muy pocas palabras, arisco a nuevas experiencias, muy poco participativo y por supuesto con un gran resentimiento ante todo y todos. La primera actividad que realizamos con los equinos fue “atrapar y embridar”. Dejamos libres a un grupo de tres caballos y se le pidió al participante que escogiera uno y lo trajera, dándole únicamente un almartigón y un ronsal.

El proceso terapéutico empieza desde la forma en que se toman estas herramientas, hay quienes se pasan el ronsal por encima del hombro ó se lo amarran por encima de los hombros y detrás del cuello. Su siguiente problema es resolver el cómo deberán de colocar el almartigón en la cabeza del caballo, y le dan vueltas y vueltas. Una vez que se deciden y convencen de que están listos para ir detrás del caballo, se arman de valor y avanzan hacia ellos. Aquí comienza nuestra segunda gran observación: el caballo que escogen.

Generalmente pregunto el porqué escogen determinados caballos, y la respuesta siempre es muy similares: porqué es el más chico y aparentemente más dócil. Sin embargo, a la pregunta ¿Cuál es el que más te gusta? Generalmente es otro caballo. Lo cuál nos habla de una disociación entre lo que quiero y lo que hago, ya sea por un menor esfuerzo o por la incapacidad de resolver un conflicto de personalidad.

Platica conmigo rcantu@aprendeconcaballos.com

 

 

 

Las sillas de montar

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La silla de montar inició hace muchos años como una manta o piel amarrada a los lomos del caballo, los griegos y los romanos realizaron sus conquistas con esta monta. Existe noticia de un edicto del Emperador Teodosio del año 350 antes de Cristo, en el cuál menciona que los correos debían llevar sillas, y que estas no debían de exceder los 27 kilogramos de peso. Así pues, no eran ligeras.

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Cómo entrenar a tu caballo de rienda (reining)

reiningMVZ. Javier Álvarez Malo

LA CARRERA

 El cómo corre el caballo para parar metiendo las patas y deslizando es muy importante, de esto depende hasta en un 70% una buena parada. Por eso, en nuestro programa de entrenamiento a veces tomamos sesiones muy largas de carrera para poder trabajar las puntas.

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Marisela Manzanares y sus caballos hechos realidad

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Marisela Manzanares

mmanzanareshdez@yahoo.com.mx

Mi nombre es Marisela Manzanares Hernández, nací el 24 de Diciembre de 1970 tengo 37 años y mis padre son el mejor regalo de Dios, sus nombres son Pablo Manzanares Flores  y Olga Hernández Méndez. Realicé estudios de Licenciatura en Diseño Gráfico y Comunicación Artística en la Universidad del Estado de México y en la Universidad Interamericana A. C. entre 1992 y 1998. He trabajado como catedrático en la Universidad Interamericana, e Instituto “LAMAD” con las siguientes materias: “Figura Humana I y II”,  “Técnicas de Representación y Dibujo Natural”.

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Jenofonte: el gran maestro caballista de la Grecia Clásica

youth_horse_dog_bm_sc2206MVZ. Luis Fernando De Juan Guzmán

Departamento de Medicina, Cirugía y Zootecnia para Pequeñas Especies

Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, UNAM

Uno de los más ilustres atenienses de la Grecia Clásica fue Jenofonte (h. 430-h. 354 a.C.), quien habiendo nacido en una familia acomodada y con extensas propiedades, pudo recibir la más esmerada educación, siendo discípulo nada menos que de Sócrates.

Jenofonte, además de convertirse él mismo en filósofo, político, biógrafo, economista, historiador, militar experimentado y siendo un experto en distintas ciencias y artes, también fue un gran amante y conocedor de los caballos.

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