¿Está tu caballo dispuesto hoy?

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Ing. Jorge González Piñón

Caballo TV

¿Está tu caballo dispuesto el día de hoy a llevarte a un paseo tranquilo y a salvo, o te tiene preparada una desagradable sorpresa? ¿Existe alguna manera de saberlo?

Esa es una pregunta que debe ser contestada cada vez que te vas a subir a tu caballo.  La mayor parte de la gente sólo ensilla y se sube al caballo y lo impulsa con las piernas, talones, espuelas o un fuete para que avance.  El hecho es que muchas veces todo sale bien, pero tal vez ese día el caballo no amaneció dispuesto, trae alguna molestia, dolor o está muy sensible a estímulos externos, puede suceder cualquier cosa. Si tú tienes experiencia con los caballos  puedes detectar el estado mental, físico o la actitud de tu caballo. Pero si no tienes la suficiente experiencia, a continuación te muestro un sistema para asegurarte de que tu caballo esté listo, o bien, para prepararlo de la manera adecuada.

Algunos entrenadores dicen que no se necesita una lista para ver si el caballo está listo. Yo prefiero usar un plan paso por paso, porque si no sabes qué hacer y qué signos buscar, entonces un plan será una herramienta muy valiosa para ti.

Para iniciar, al acercarte a tu caballo hazlo de manera tranquila, evitando llevar las manos con los dedos abiertos y con la palma de la mano hacia él, ya que puede percibirlas como garras y pensar que somos predadores. Lleva tus manos hacia él con la parte trasera de la mano y los dedos juntos para que no se sienta agredido y para que pueda olerla, continuando con caricias suaves en cabeza y  cuello, mantente pendiente de su disposición viendo si sus orejas y ojos están relajados; asimismo, hay caballos que son afectos a morder, situación que no debe ser permitida y se debe corregir de inmediato con entrenamiento. En este momento pondremos el almartigón. Una forma de saber su disposición es tapar los ojos al momento de acariciarlo, esto te indica la confianza que él tiene en ti.

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Con el jalón del almartigón en tus manos, enseguida acariciamos el lomo y costillas  de ambos lados, y si su actitud es relajada llegamos a las enancas hasta agarrar la cola. Si el caballo tiene los ojos y  orejas relajadas, chupa sus labios y mastica, significa que  está cómodo y no percibe peligro, y que acepta y entiende lo que está sucediendo, lenguaje que nos sirve durante toda la vida del caballo en su proceso de entrenamiento.

Dependiendo del nivel de entrenamiento del caballo y jinete, procederemos a acariciar y levantar sus manos y patas, revisando además el estado y limpieza de los cascos, así como que esté perfectamente herrado. Si el caballo nos permite hacer esta rutina es una señal también importante de disposición.

Ahora prueba el llamar y ceder, esto es dar indicaciones para hacer que el caballo ceda a diferentes presiones. Este tipo de ejercicios además de ser puntos de revisión,, deben formar parte importante del entrenamiento del caballo durante toda la vida. Una forma es pedir al caballo que baje la cabeza al jalar el almartigón, esto debe ser con poca presión y quitando la presión del jalón en cuanto él ceda lo mínimo. Debe ser una indicación (un pequeño llamado) con el jalón y el caballo debe bajar la cabeza en forma voluntaria y dispuesta.  A continuación poniéndonos a un lado de la cabeza llamaremos con la cuerda para que el caballo  gire o voltee la cabeza hacia atrás haciendo una flexión; aquí al principio se debe ser paciente y no jalar a la fuerza la cabeza sino sostener la cuerda y cuando el caballo haga el menor intento de flexionar se le quita la presión de la cuerda; este ejercicio debe hacerse las veces que sea necesario ya que sentará bases muy importantes.

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