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Círculos
Los círculos mejoran la flexibilidad y equilibrio del caballo. Los círculos grandes sólo requieren un mínimo de incurvación, pero aumentan la capacidad del pie interior para llevar el peso.
Al inicio de una sesión de entrenamiento, el jinete debe concentrarse en lograr un buen ritmo y que el caballo avance libremente de una manera tranquila. Los círculos ayudan a mejorar y establecer el ritmo debido al hecho de que el pie interior debe doblarse más, si el caballo efectúa el trazado correctamente. En el trote de trabajo el caballo debe poner sus pies en las huellas de las manos. Si el caballo no dobla el corvejón interior perderá el ritmo, o bien cae dentro del círculo o saca la grupa.
Vale la pena poner énfasis en que el caballo debe incurvarse alrededor de la pierna interior del jinete y la energía debe contenerse en la mano exterior del jinete. Si éste permite que el caballo pese sobre su mano interior, el caballo se equilibra sobre la mano del jinete en vez de repartir su peso correctamente sobre su posterior y corvejones.
¡Los círculos deben ser redondos! Los “círculos” en forma de huevos u ovalados son incorrectos y muestran falta de control. El caballo debe trabajarse por igual a ambas manos y se debe poner atención al lado rígido del caballo para evitar que se acostumbre a pesar sobre la mano interior del jinete.
Asegúrese de la rectitud del caballo en las rectas, y que solamente se incurve cuando se debe girar. El caballo debe buscar el contacto por igual en ambas manos del jinete en la rectitud, pero en la mano exterior sobre el círculo.
Imagen: equitaciondiama.wordpress.com
Serpentinas
Este es uno de los ejercicios más útiles y beneficiosos del entrenamiento. Al cambiar de dirección y girar, el caballo se flexiona hacia un lado y otro, transfiriendo el peso de un pie interior hacia el otro.
Una serpentina consiste en tres bucles de igual tamaño que llegan hasta los lados de la pista. Es importante enderezar al caballo durante un par de troncos antes de cambiar la incurvación hacia el otro lado. A lo largo del ejercicio el caballo debe mantener el ritmo y cambiar la incurvación sin resistencia ni rigidez.
Cuando el caballo sepa hacer correctamente una serpentina de tres bucles, se le podrán pedir serpentinas de más bucles. Entonces los bucles resultarán más pequeños, por lo que se exige más incurvación y más capacidad de llevar el peso sobre el pie interior. Ya que este ejercicio se efectúa al trote, el jinete debe acordarse de cambiar de diagonal cada vez que cambia de mano. Para saber la diagonal correcta, el jinete debe estar sentado cuando la espalda exterior se halla atrás. Esto es cuando el pie interior se halla en tierra, que es el momento cuando el jinete más usa sus piernas en el trote levantado; ya que al apretar las pantorrillas y estar sentado en ese momento, se da la ayuda para que el pie interior se vuelva más activo. El caballo no sólo lleva su propio peso sobre el posterior interior, sino también el del jinete.
En las primeras fases del aprendizaje, o al comienzo del entrenamiento de un caballo experimentado, es mejor usar el trote levantado que el sentado. Así se facilita que el dorso del caballo pueda soltarse y emplearse antes de tener que llevar el peso del jinete. Un potro todavía es flojo en el dorso y no se le debe hacer trote sentado hasta que tenga la musculatura del dorso desarrollada.
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